Vitaminas liposolubles
Las vitaminas son sustancias orgánicas muy importantes
para el funcionamiento correcto del cuerpo y para que podamos sentirnos sanos y
animados.
Las vitaminas liposolubles son muy importantes para
funciones corporales básicas del organismo y del sistema nervioso.
¿Qué son las vitaminas liposolubles?
Estas vitaminas liposolubles se disuelven en aceites y
grasas. A diferencia de las hidrosolubles, las liposolubles se almacenan en
tejidos adiposos del cuerpo y en el hígado, por lo que no es necesario un
consumo diario de alimentos ricos en vitaminas liposolubles.
Un cuadro comparativo entre vitaminas liposolubles e
hidrosolubles nos muestra que las primeras son menos variadas, ya que se trata
de cuatro vitaminas reales y una falsa, mientras que hidrosolubles son nueve.
Asimismo, las hidrosolubles al disolverse en agua se pierden rápidamente en la
cocción y se eliminan por la orina, mientras que las liposolubles se acumulan
en el organismo como reserva para los momentos en que no ingresan vitaminas
nuevas.
¿Cuáles son las vitaminas liposolubles?
Las vitaminas liposolubles son las vitaminas A,D,E,K y F.
Estas vitaminas ingresan al organismo a través de lanutrición y dietas
equilibradas. Cuando estas sustancias, junto a otras vitaminas hidrosolubles y
nutrientes, se encuentran en equilibrio, el cuerpo se halla preparado para
combatir y prevenir múltiples enfermedades.
Cada una de las vitaminas liposolubles cumple funciones
complementarias que permiten un funcionamiento correcto tanto físico como
psíquico.
La vitamina A, también denominada retinol, se encarga de
la protección de la piel y de la visión. Además contribuye a la formación de
enzimas del hígado y de la producción de hormonas sexuales. La vitamina A se
suele dar en suplementos dietarios a personas que sufren infecciones
respiratorias, problemas en la vista o en la piel gracias a sus propiedades
reconstructivas.
La vitamina A se encuentra en alimentos de origen animal,
verduras como las zanahorias y la espinaca, manteca, etc.
La vitamina D también se denomina calciferol, y recibe
este nombre porque contribuye a la absorción del calcio y el fósforo. Estas propiedades
absorbentes hacen que esta vitamina sea muy necesaria para los niños en edad de
crecimiento, por lo que se venden leches y productos alimenticios reforzados.
No obstante, la vitamina D se forma automáticamente en la piel por la
exposición solar.
Algunos alimentos ricos en Vitamina D son las sardinas,
el atún, margarina, huevos y quesos altos en grasa.
La vitamina E, o tocoferol, cumple funciones relacionadas
con la producción de glóbulos rojos y formación de tejidos musculares.
Asimismo, se considera que una de sus funciones principales es la producción de
hormonas masculinas y permitir la maduración de espermatozoides y óvulos, por
lo que esta vitamina se relaciona con el favorecimiento de la fertilidad.
También tiene acción antioxidante, lo que ayuda a la regeneración de los
tejidos y evita el envejecimiento celular, por lo que también suele utilizarse
para tratamientos estéticos.
Algunos alimentos ricos en vitamina E son el aceite de
girasol, de maíz y soja, los frutos secos, el coco, la manteca y otros
alimentos grasos.
La vitamina K o antihemorrágica recibe esta denominación
porque su función es contribuir a la coagulación sanguínea. La vitamina K suele
estar siempre presente en el organismo. Sus deficiencias suelen asociarse con
problemas para la absorción de grasas.
Algunos alimentos ricos en vitamina K son los vegetales
de hoja verde, el hígado, aceite y yema de huevos.
La vitamina F no es una verdadera vitamina liposoluble,
sino que se denomina de esta forma al conjunto de ácidos grasos esenciales que
deben provenir de alimentos externos ya que no los produce el cuerpo
automáticamente. Cumplen funciones estructurales de las membranas, se encargan
del trasporte de oxígeno, de la coagulación y nutren las células dérmicas.
Estos ácidos son los famosos Omega 3 y Omega 6, que también cumplen la función
de dispersar el colesterol para que no se tapen venas y arterias.
Exceso de vitaminas liposolubles
El exceso de vitaminas liposolubles es perjudicial para
la salud, por lo que es necesario consultar la dosis apropiada según el
historial médico propio y, más importante aún, no consumir suplementos
dietarios sin consultar a un profesional de la salud con anterioridad.
Las vitaminas liposolubles se acumulan en tejidos grasos
y en el hígado, por lo que una cantidad excesiva se convierte en una toxina
para el organismo. Por ejemplo, el exceso de vitamina A puede producir
alteraciones óseas o hemorragias en tejidos y el exceso de vitamina
E produce
trastornos metabólicos. Asimismo, se sabe que la hipervitaminosis D, enfermedad
que conlleva pérdida de apetito, trastornos digestivos, vómitos y
estreñimiento, se da a causa de exceso vitamínico.
Un cuadro comparativo entre vitaminas liposolubles e hidrosolubles nos muestra que las primeras son menos variadas, ya que se trata de cuatro vitaminas reales y una falsa, mientras que hidrosolubles son nueve. Asimismo, las hidrosolubles al disolverse en agua se pierden rápidamente en la cocción y se eliminan por la orina, mientras que las liposolubles se acumulan en el organismo como reserva para los momentos en que no ingresan vitaminas nuevas.
E produce trastornos metabólicos. Asimismo, se sabe que la hipervitaminosis D, enfermedad que conlleva pérdida de apetito, trastornos digestivos, vómitos y estreñimiento, se da a causa de exceso vitamínico.
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